Marina Abramovic es una artista serbia del perfomance: se incluye en sus propias obras.
Hoy venimos a hablar de una de ellas, la cual aún hoy no deja de sorprenderme.
Se trata de una de las obras pertenecientes a su serie Rythm, la cual consistía en quedarse quieta durante seis horas en una habitación, con 72 objetos a su alrededor. Entre ellos objetos de placer, de tortura, e incluso una pistola cargada.
Los visitantes fueron invitados a elegir un objeto y usarlo con ella de cualquier manera; la artista aseguró que no se movería bajo ninguna circunstancia.
Queda claro que Marina intentaba transmitir con esta obra la confianza social, pero acabó siendo una locura. Lo que acabó estando por seguro fue la tendencia del ser humano a la violencia, puesto que al final de las seis horas la artista se encontró con su ropa rota, con espinas de rosa clavadas en el estómago...una persona llegó a apuntarla con la pistola, pero otra la paró. Cada vez el público alcanzaba niveles más preocupantes, y aún así, quedó inmóvil, tal como había dicho, pero incapaz de contener las lágrimas.
"Después de exactamente seis horas, según el plan, me levanté y empecé a caminar hacia el público. Todos escaparon, evitando un enfrentamiento real".
Es impresionante hasta dónde puede llegar el ser humano. Yo no era consciente de esto hasta que leí este atrevido experimento. ¿Y tú, qué opinas?
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